La vitalidad de nuestra infraestructura, más allá de su diseño estético, reside en su capacidad para resistir el paso del tiempo y las inclemencias. En un 2025 donde la reactivación económica y la optimización de recursos son prioritarias, la durabilidad de las estructuras metálicas se vuelve un pilar fundamental. Para desentrañar las claves de esta resiliencia, conversamos con el Ing. Marcos Fuentes, experto en materiales y selladores para la construcción, quien nos ofrece una perspectiva técnica profunda sobre la prevención de corrosión.
El Ing. Fuentes inicia explicando: ‘Hoy, en 2025, no podemos darnos el lujo de ignorar la vida útil de nuestras inversiones. La pandemia nos enseñó la importancia de la infraestructura resiliente. Los selladores dejaron de ser un mero accesorio para convertirse en un componente crítico de ingeniería. Su función primordial es crear una barrera impermeable y flexible que aísle el metal del oxígeno y la humedad, los principales catalizadores de la corrosión. Un fallo en el sellado es una puerta abierta a gastos exponenciales en mantenimiento y reparaciones.’
Profundizando en las opciones disponibles, detalla: ‘Tradicionalmente, hemos dependido de **selladores de silicona** y **poliuretanos**. Las siliconas ofrecen una excelente resistencia a los rayos UV y a las altas temperaturas, manteniendo su elasticidad por décadas, lo que las hace ideales para exteriores y climas extremos. Sin embargo, su adherencia a algunos sustratos puede ser limitada si no se preparan adecuadamente. Los **poliuretanos**, por su parte, poseen una adherencia superior y una resistencia mecánica notable, siendo muy adecuados para juntas con movimiento y alta exposición a la abrasión. Pero su resistencia UV es inferior a la de las siliconas, requiriendo en ocasiones una protección adicional.’
‘La verdadera innovación en esta década reside en los **polímeros híbridos**, como los basados en MS-Polímeros’, continúa Fuentes. ‘Estos combinan las mejores características de ambos: adherencia robusta, alta elasticidad, excelente resistencia UV y a la intemperie, además de ser ecológicos al ser isocianato-free. Son la opción predilecta para proyectos que exigen un rendimiento superior y una mayor sostenibilidad a largo plazo. Por ejemplo, en un proyecto de gran envergadura donde se compararon los ciclos de vida de estructuras selladas con poliuretano estándar vs. polímeros híbridos, se observó que los híbridos extendían el período libre de mantenimiento significativo en un 30-40%, justificando su inversión inicial potencialmente mayor.’
En cuanto a la reglamentación, el experto enfatiza: ‘Es crucial que los selladores cumplan con las normativas técnicas nacionales, como las que rigen la resistencia al fuego, la durabilidad y la compatibilidad con materiales de construcción específicos. Estas normativas no solo garantizan la seguridad y la calidad, sino que también estandarizan los criterios de rendimiento, permitiendo a los proyectistas elegir soluciones con base en datos verificables y no solo en especificaciones de fabricante. La adhesión a estas directrices es un seguro contra patologías futuras y un pilar para la inversión pública y privada responsable en infraestructura.’
La entrevista con el Ing. Fuentes subraya que la elección de un sellador para estructuras metálicas trasciende la mera selección de un producto; es una decisión estratégica de ingeniería que impacta directamente en la seguridad, la sostenibilidad y la viabilidad económica de un proyecto. En un futuro donde la eficiencia y la durabilidad son mandatos, la inversión inteligente en soluciones de sellado avanzadas se erige como la verdadera salvaguarda de nuestro patrimonio construido.