Mientras el sol de 2025 ilumina un paisaje urbano en constante reconfiguración, una transformación silenciosa, pero impactante, moldea las arterias de nuestro país. La creación de infraestructuras de transporte ha tomado un nuevo rumbo, donde la agilidad y la calidad convergen con una visión estética que busca armonizar lo funcional con el entorno. En este escenario post-pandemia, donde el tiempo es un recurso invaluable y la necesidad de infraestructuras robustas y atractivas es primordial, los prefabricados de hormigón emergen como protagonistas insospechados, no solo por su practicidad, sino por la posibilidad de esculpir el espacio público con una precisión artística.

Para desentrañar esta evolución, conversamos con la Arq. Sofía Galván, especialista en Diseño Urbano e Infraestructura Modular, quien nos recibe en su estudio con maquetas de puentes y viaductos que distan de ser meros bloques funcionales. “El contexto post-pandemia aceleró la demanda de soluciones constructivas que garanticen seguridad laboral, eficiencia y menores tiempos de ejecución en sitio,” explica Galván. “Pero lo que realmente ha florecido es la apreciación por el valor estético de los prefabricados. Ya no son solo piezas estándar; son componentes que pueden ser diseñados con texturas, colores y formas que realzan el paisaje urbano y vial.”
Al preguntar sobre cómo los prefabricados contribuyen a la estética, la arquitecta enfatiza: “Permiten una uniformidad y limpieza en las líneas que es difícil de lograr con la construcción tradicional in situ. Podemos prefabricar elementos con acabados impecables, molduras complejas o incluso integrar iluminación, todo bajo un control de calidad de fábrica que es superior. Esto reduce la ‘contaminación visual’ y eleva la obra a un nivel arquitectónico.”
Galván también destaca la importancia de las normativas. “En Argentina, la aplicación de normas como las IRAM para hormigón y las especificaciones técnicas del Ministerio de Obras Públicas no solo aseguran la durabilidad y seguridad, sino que también establecen pautas que, bien interpretadas, permiten la innovación estética dentro de marcos robustos. Es esta base normativa la que nos permite diseñar con confianza, sabiendo que la belleza no compromete la resistencia.” La Arq. Galván señala ejemplos nacionales, desde la ampliación de tramos viales urbanos con barreras modulares de diseño hasta la construcción de pasarelas peatonales y estaciones de transporte con un marcado carácter contemporáneo, donde la simetría y la repetición controlada de elementos prefabricados crean patrones visuales atractivos y coherentes.

En resumen, la irrupción de los prefabricados en la infraestructura de transporte tras la pandemia no es solo una cuestión de tiempos y costos. Es una disciplina que, en 2025, ha encontrado su voz en el lenguaje del diseño, ofreciendo soluciones que no solo conectan puntos geográficos, sino que también embellecen nuestro entorno. La Arq. Galván concluye: “Estamos construyendo un futuro donde la funcionalidad y la belleza ya no son opciones excluyentes, sino la base de una infraestructura que verdaderamente nos representa como sociedad.”


