Más allá de la funcionalidad, el baño se consolida en 2025 como un santuario personal, un espacio donde la naturaleza puede y debe fusionarse con el diseño. La búsqueda de ambientes serenos y, sobre todo, sostenibles, impulsa a miles de hogares a integrar elementos vivos. Pero, ¿qué sucede cuando la luz natural es un lujo esquivo en esta estancia? Para desentrañar este desafío, conversamos con la Dra. Sofía Ramos, botánica paisajista y Directora de Innovación Sostenible en ‘Bio Hábitat Urbano’, una consultora líder en soluciones de diseño verde corporativo a nivel nacional.

**Pregunta (Corporativa):** Dra. Ramos, en un escenario donde la eficiencia energética y la sostenibilidad son pilares de diseño, ¿cómo abordamos la incorporación de vida vegetal en baños con mínima exposición solar?
**Respuesta (Dra. Ramos):** ‘Es una pregunta excelente y crucial para 2025. La clave está en la selección. Hemos investigado exhaustivamente y, si bien la luz es vital, hay especies que no solo toleran sino que prosperan en la penumbra, y lo hacen con mínimos requisitos hídricos, alineándose perfectamente con la sostenibilidad. Por ejemplo, la *Sansevieria trifasciata*, conocida popularmente como ‘Lengua de Suegra’, es una campeona. Requiere riego mínimo, purifica el aire de manera excepcional –superando a muchas otras plantas en la eliminación de toxinas como el formaldehído, un común en productos de limpieza– y se adapta a condiciones de luz extremadamente bajas. Su demanda de agua es de aproximadamente 1-2 riegos mensuales en invierno, contrastando con el triple que necesitaría una planta tropical promedio con exposición solar directa.’
‘Otra opción sobresaliente es el *Zamioculcas zamiifolia*, o ‘Planta ZZ’. Es increíblemente resiliente. Puede sobrevivir semanas sin agua y con luz indirecta muy tenue. A diferencia de un *Ficus lyrata*, que demandaría un ventanal luminoso y riego semanal, la ZZ ofrece una presencia robusta con un mantenimiento casi nulo, ideal para la agenda corporativa o familiar actual. Además, hemos observado un incremento del 20% en su comercialización a nivel nacional en el último año, impulsado por esta adaptabilidad. No podemos olvidar el *Pothos* (*Epipremnum aureum*), versátil y decorativo, que tolera muy bien la humedad del baño y puede colgarse, ahorrando espacio. Si bien necesita algo más de luz que la Sansevieria, una fuente indirecta es suficiente, y su capacidad de ramificación ofrece una cobertura visual incomparable con otras plantas de bajo requerimiento lumínico.’
‘Finalmente, para un toque de sofisticación, la *Aspidistra elatior*, o ‘Planta de Hierro’, es una joya. Crece lentamente, lo que la hace de bajo mantenimiento, y sus hojas oscuras aportan una elegancia atemporal. Su resistencia a las bajas temperaturas y la poca luz, superando la delicadeza de una *Orquídea Phalaenopsis* que requiere luz filtrada y humedad constante, la posiciona como una inversión verde inteligente y duradera.’

La visión de la Dra. Ramos subraya que un baño verde no es un privilegio de espacios con grandes ventanales, sino una posibilidad tangible para todos los hogares y oficinas que buscan integrar diseño, sostenibilidad y bienestar. Optar por estas especies resilientes no solo embellece y purifica el ambiente, sino que también refleja un compromiso consciente con prácticas de consumo responsable y un menor impacto ambiental. La armonía entre la funcionalidad moderna y la vitalidad natural está más cerca que nunca, transformando cada rincón en un oasis sostenible y eficiente para el futuro.


