La construcción con paja ha sido objeto de mitos y realidades que han influido en su percepción en la arquitectura contemporánea. A pesar de las concepciones erróneas que asocian estas estructuras con fragilidad o insalubridad, en Argentina, la edificación con paja está ganando terreno como una alternativa sostenible que promueve la eficiencia energética y la reducción de la huella ecológica. Este material, tradicionalmente utilizado en la arquitectura rural, se presenta en el siglo XXI como una opción viable y moderna, que se alinea con las tendencias actuales hacia la sostenibilidad y el bienestar ambiental.
Construir con paja implica una profunda comprensión de las técnicas adecuadas y de las normativas vigentes. A nivel nacional, diversas provincias están comenzando a implementar proyectos de casas de paja, integrando estas estructuras en entornos urbanos y rurales. La provincia de Mendoza, por ejemplo, ha visto un aumento en el interés por estas construcciones debido a sus propiedades aislantes, que permiten mantener temperaturas estables a lo largo del año, reduciendo así el consumo energético. Además, la paja es un subproducto agrícola, lo que la convierte en un material de bajo costo y altamente disponible, promoviendo la economía circular. Sin embargo, la falta de conocimiento y la resistencia al cambio por parte de algunos sectores aún representan un desafío. En este sentido, es fundamental fomentar la educación sobre las técnicas de construcción con paja y sus beneficios, para que arquitectos y constructores puedan ver más allá de los mitos y adoptar este sistema constructivo como una opción viable en la búsqueda de un futuro más sostenible.