La arquitectura de aeropuertos ha evolucionado de manera notable en la última década, convirtiéndose en un campo donde la innovación y la estética se entrelazan para crear espacios que no solo cumplen con su función operativa, sino que también ofrecen una experiencia única al viajero. En Argentina, la modernización de terminales ha sido impulsada por un enfoque en el diseño vanguardista, donde la sostenibilidad, la tecnología y la interacción humana son elementos clave. Aeropuertos como el de Ezeiza y el de Mendoza han comenzado a incorporar estos principios, alineándose con tendencias globales que buscan transformar la percepción del viaje desde el momento en que uno ingresa al aeropuerto.
Las galerías arquitectónicas de estos aeropuertos presentan características distintivas que incluyen techos altos, grandes ventanales que permiten la entrada de luz natural, y espacios amplios que brindan comodidad a los pasajeros. El Aeropuerto Internacional de Ezeiza, por ejemplo, ha sido objeto de reformas que privilegiaron la circulación fluida y un diseño que refleja la cultura argentina a través de obras de arte locales. Por otro lado, el Aeropuerto de Mendoza, en fase de ampliación, está adoptando un enfoque sostenible con el uso de energías renovables y elementos bioclimáticos. En un mundo donde la movilidad se redefine constantemente, la arquitectura de aeropuertos no solo busca ser funcional, sino que se transforma en un anticipador de tendencias que promueven un viaje más placentero y consciente. La mirada hacia el futuro nos muestra que estos espacios son más que simples puntos de partida; son el umbral hacia nuevas experiencias que fusionan confort y modernidad.