La intersección entre la arquitectura y la sostenibilidad ha evolucionado de manera notable en la última década, especialmente en Argentina, donde el crecimiento urbano y la digitalización han planteado desafíos sin precedentes. La era post-digital, caracterizada por una profunda integración de tecnologías en todos los aspectos de la vida cotidiana, está empujando a los arquitectos y diseñadores a repensar la forma en que concebimos y construimos nuestros espacios. La sostenibilidad, lejos de ser una simple tendencia, se ha transformado en una necesidad imperiosa que requiere soluciones creativas e integrales.
Las estrategias de diseño sostenible en este contexto post-digital abarcan una variedad de enfoques. Uno de los más destacados es la implementación de sistemas de energía renovable, como paneles solares y turbinas eólicas, que permiten a los edificios no solo consumir menos energía, sino también generarla. Además, el uso de materiales reciclados y locales se está convirtiendo en una práctica común, reduciendo así la huella de carbono asociada al transporte de materiales. La integración de tecnologías de automatización y domótica también está en auge, permitiendo un control más eficiente del consumo energético y un uso más racional de los recursos. En Argentina, ejemplos como la “Casa Nómada” en Mendoza, diseñada por el arquitecto José A. Rojas, ilustran cómo la arquitectura puede adaptarse a las necesidades climáticas y sociales del entorno, ofreciendo soluciones innovadoras que promueven la sostenibilidad y el bienestar de sus habitantes. Estas tendencias no solo responden a un imperativo ambiental, sino que también reflejan un cambio cultural hacia una vida más consciente y sostenible en comunidades que buscan un equilibrio entre el avance tecnológico y la preservación del medio ambiente.