La impresión 4D, concepto que agrega la dimensión del tiempo a la tecnología de impresión 3D, está emergiendo como una solución innovadora en el campo de la arquitectura. Este avance no solo optimiza la producción de estructuras arquitectónicas, sino que también permite la creación de elementos que pueden adaptarse a su entorno. Mientras que la impresión 3D se limita a la creación de objetos estáticos, la impresión 4D utiliza materiales que responden a estímulos ambientales, como la temperatura o la humedad, transformando así la manera en que concebimos los edificios y espacios urbanos.
En Argentina, varias instituciones académicas y empresas de arquitectura están explorando las aplicaciones de esta tecnología. Proyectos en Buenos Aires y Córdoba han comenzado a incorporar elementos impresos en 4D en la construcción de espacios públicos y privados, permitiendo estructuras que pueden cambiar de forma y función según las necesidades del usuario o las condiciones climáticas. Esta flexibilidad no solo representa un avance en sostenibilidad, al optimizar el uso de recursos, sino que también promete mejorar la experiencia del usuario al interactuar con su entorno. A medida que la tecnología avanza, se espera que se convierta en un estándar en la construcción, transformando no solo cómo diseñamos, sino también cómo habitamos nuestros espacios.