La construcción subterránea ha cobrado una relevancia significativa en el ámbito arquitectónico argentino, especialmente en áreas urbanas densamente pobladas donde la escasez de espacio impulsa el desarrollo hacia el subsuelo. Sin embargo, esta tendencia conlleva desafíos únicos, entre los cuales la gestión térmica se erige como uno de los más críticos. Las barreras térmicas se presentan no solo como elementos de confort, sino como componentes esenciales para la sostenibilidad y eficiencia energética de estas estructuras.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la construcción subterránea en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha aumentado en un 30% en los últimos cinco años, lo que resalta la necesidad de implementar soluciones eficientes que mitiguen los efectos adversos de la temperatura del suelo y la humedad. Las barreras térmicas, que incluyen materiales como poliestireno expandido, poliuretano y membranas especiales, son clave para mantener condiciones internas adecuadas. Estas soluciones no solo protegen las edificaciones de las inclemencias del tiempo y de la humedad del suelo, sino que también contribuyen a la reducción del consumo energético, un aspecto crucial en un contexto donde la sostenibilidad ambiental se ha convertido en una prioridad. Estudios realizados por universidades locales demuestran que la correcta implementación de estas barreras puede disminuir hasta un 40% los costos de climatización en espacios subterráneos.
El futuro de la construcción subterránea en Argentina depende, entre otros factores, de la adopción de tecnologías que optimicen el rendimiento térmico de estas estructuras. A medida que las normativas sobre eficiencia energética se vuelven más estrictas, los arquitectos y constructores deben priorizar las barreras térmicas en sus diseños. No se trata solo de cumplir con las regulaciones; es una cuestión de crear espacios habitables que minimicen el impacto ambiental y maximicen el confort de sus ocupantes. A medida que la conciencia sobre el cambio climático crece, la importancia de estas innovadoras soluciones se reafirma, posicionándolas como un elemento indispensable en la arquitectura contemporánea.