La creciente urbanización y la demanda de soluciones habitacionales inmediatas han precipitado el uso de sistemas prefabricados en grandes proyectos urbanos en Argentina. Esta metodología constructiva, que ha cobrado fuerza en los últimos años, se caracteriza por su capacidad para reducir tiempos de edificación y minimizar el desperdicio de materiales. En 2025, se observa un notable impulso en la implementación de estos sistemas, que no solo prometen eficiencia, sino que también se alinean con los principios de sostenibilidad y diseño arquitectónico contemporáneo.
Numerosos proyectos emblemáticos en ciudades como Buenos Aires, Córdoba y Rosario están adoptando estos métodos, que abarcan desde paneles de hormigón prefabricados hasta módulos habitacionales listos para ensamblar. Datos recientes indican que, en comparación con la construcción tradicional, los sistemas prefabricados pueden reducir el tiempo de construcción hasta en un 50%, lo que se traduce en un ahorro significativo en costos y recursos. Además, el enfoque modular facilita la adaptación a diferentes tipos de terrenos y necesidades urbanísticas, lo que es particularmente relevante en un país donde la diversidad geográfica y climática es notable. La implementación de estas tecnologías también está vinculada a la agenda nacional de sustentabilidad, impulsada por políticas que fomentan la construcción ecológica y la reducción de la huella de carbono en el sector de la construcción. En este sentido, los sistemas prefabricados se posicionan no solo como una respuesta a la crisis habitacional, sino como un paso hacia un futuro más sostenible en la arquitectura argentina.