Le Corbusier, una figura monumental en la arquitectura del siglo XX, dejó un legado que sigue influyendo en el brutalismo contemporáneo. A pesar de haber sido un pionero del modernismo, sus principios de diseño han encontrado un hogar inesperado en el brutalismo, un estilo que, aunque a menudo polarizante, ha visto un resurgimiento en los últimos años.
En ciudades como Londres, Berlín y Buenos Aires, el brutalismo ha experimentado un renacimiento, con arquitectos que reinterpretan los principios de Le Corbusier para adaptarse a las necesidades urbanas actuales. Su enfoque en la funcionalidad, la honestidad de los materiales y la integración de la arquitectura con su entorno natural resuenan profundamente en un mundo que busca sostenibilidad y autenticidad. Edificios como el Barbican Centre en Londres o la Torre Le Parc en Buenos Aires son ejemplos de cómo el brutalismo puede ser tanto una declaración estética como una solución práctica a los desafíos urbanos.
El legado de Le Corbusier en el brutalismo no es simplemente una cuestión de estilo, sino una filosofía de diseño que sigue inspirando a arquitectos y urbanistas. En 2025, su influencia es más relevante que nunca, recordándonos que la arquitectura puede ser un puente entre el pasado y el futuro, entre la forma y la función, y entre la humanidad y su entorno construido. Así, el brutalismo, con su audaz honestidad, continúa siendo un testimonio de la visión de Le Corbusier, adaptándose y evolucionando con el tiempo.